Durante la reunión anual de la NFL a principios de esta primavera, varios propietarios de la NFL discutieron un tema que no estaba en la agenda oficial. Esos propietarios quieren que la liga permita que empresas de capital privado e inversores institucionales compren acciones de equipos. Como ocurre con muchas decisiones de propiedad, la medida sería en gran medida financiera (aunque ningún propietario sería sorprendido diciendo eso). Al tener más postores, el valor de los equipos se disparará más allá de los máximos históricos que hemos visto en la última década.
Para ser propietario de un equipo de la NFL, el inversor principal de un grupo de compras debe tener al menos una participación accionaria del 30% de la compra. Esa es una necesidad de efectivo considerable, considerando que los Denver Broncos acaban de venderse a Rob Walton el año pasado por $4,650 millones, y Dan Snyder probablemente venderá a los Washington Commanders por más de $6 millones este año. Además, los grupos propietarios no pueden superar las 25 personas, mientras que las empresas públicas, los inversores de capital privado y los fondos soberanos no pueden poseer un equipo, al menos por ahora.
La NFL podría estar relajando un poco sus reglas para invitar a más postores y más oportunidades para los inversionistas, particularmente las minorías. Actualmente, la liga no tiene propietarios negros y permitir tipos adicionales de inversores podría aumentar la diversidad.

Jerry Jones, propietario de los Dallas Cowboys (Jonathan Bachman/Getty Images)
Es posible que la liga también esté siguiendo el ejemplo de la NBA, que permitió a las empresas de capital privado invertir a partir de 2020. Esas empresas ya han adquirido participaciones en los Phoenix Suns y Golden State Warriors.
Sin embargo, los propietarios de la liga pueden decidir en última instancia no abrir las puertas a más personas. Ser propietario de la NFL significa que eres parte de un club muy exclusivo (después de todo, solo hay 32 equipos) y es posible que la mayoría de los propietarios no quieran renunciar a ese estatus. La NFL tampoco requiere que los equipos divulguen mucha información sobre sus finanzas, y el tamaño de los estadios de fútbol más los acuerdos televisivos de miles de millones de dólares significan un flujo constante de ingresos durante la temporada.
Con esas ventajas, la idea de ceder el control de una parte de sus equipos puede parecer una locura. Tomemos como ejemplo a Jerry Jones: compró los Dallas Cowboys en 1989 por 150 millones de dólares. Quince años después, era multimillonario. Hoy en día, los Cowboys valen 8 mil millones de dólares, la franquicia deportiva más valiosa del planeta.
Los propietarios de la NFL tendrán que decidir si quieren abrir las compuertas potenciales para que firmas de capital privado se unan a sus filas. Es muy posible que esa decisión se reduzca a lo que podría resultar más lucrativo para ellos. Estos propietarios ya se encuentran entre las personas más ricas del mundo, pero ¿podrán añadir miles de millones a su patrimonio neto? Quizás valga la pena invitar al capital privado a la liga.