Suena como algo sacado de una película o un cómic, pero en cambio la historia proviene de la vida real, específicamente los mundos del “cibercrimen” en línea y las criptomonedas. Según un artículo reciente de Forbes, una infame figura del cibercrimen conocida como JokerStash (o simplemente “Joker”, para abreviar) se ha retirado de su vida delictiva, con un alijo de bitcoins valorado en más de 3 mil millones de dólares.
JokerStash toma su nombre de Joker’s Stash, un sitio web oscuro que trafica con cosas como números de tarjetas de crédito robadas y otras formas de datos obtenidos de forma ilícita. Según un anuncio del propio Príncipe Payaso, se retirará y se llevará el sitio con él, borrará todos los servidores asociados con el sitio y se retirará permanentemente.
Esas son buenas noticias para JokerStash, siempre que pueda mantener alejadas a las agencias policiales interesadas, pero malas noticias para todos los demás en el negocio de las tarjetas de crédito robadas. Se informó que Joker’s Stash se encontraba entre los sitios más populares en la web oscura para “cardar”, el proceso de venta de datos de tarjetas de crédito robadas, además de servir como centro para el lavado de fondos robados a través de productos más fáciles de comercializar, como tarjetas de regalo.

MIGUEL SCHINCARIOL/AFP vía Getty Images
JokerStash hizo su anuncio en enero, informando a sus clientes que el sitio se cerraría el 15 de febrero. Pero terminó cerrándose casi dos semanas antes de eso, lo que puso a muchos de esos clientes en un aprieto y no pudieron retirar sus saldos de criptomonedas.
El sitio de análisis de blockchain y criptomonedas Elliptic prestó mucha atención a JokerStash, estimando el recorrido general del Joker a través de las transacciones totales del sitio:
“Si asumimos una comisión total promedio del 20% sobre las ventas, entonces considerando solo bitcoins habrían tomado un total de al menos 60.000 bitcoins”.
En el momento de escribir este artículo, esa suma valdría más de 3.000 millones de dólares, más que suficiente para que casi cualquier ciberdelincuente pueda vivir cómodamente durante las próximas décadas.