Liván Hernández es dos veces All Star de la MLB y uno de los lanzadores más populares en la historia de los Marlins de Miami. En el transcurso de su histórica carrera de 15 temporadas, el hombre de 42 años ganó 53 millones de dólares. Sin embargo, según documentos judiciales, Hernández está en quiebra.
Hernández se acogió al Capítulo 13 de bancarrotas en Fort Lauderdale, Florida. La presentación afirma que los lanzadores retirados deben alrededor de $1 millón a hasta 50 acreedores diferentes. Las deudas son con compañías de tarjetas de crédito como Chase, Bank of America y Capital One. Hernández le debe impuestos atrasados al IRS y también le debe a un empresario local $220,000, que le fueron prestados en 2013 pero que no le han devuelto.
El Capítulo 13 de bancarrotas permite planes de pago en un intento de pagar a los acreedores. El patrimonio neto de Hernández era inferior a 50.000 dólares el 30 de junio, día en que se declaró en quiebra.

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Hernández se convirtió en una figura querida en Miami cuando declaró, en un inglés entrecortado, su amor por Miami después de ganar la Serie Mundial de 1997 en su año de novato. Hernández creció en la pobreza en Cuba y desertó a los Estados Unidos en 2005. Además de los Marlins, ha jugado para los Gigantes de San Francisco, los Expos de Montreal, los Nacionales de Washington, los Diamondbacks de Arizona, los Bravos de Atlanta y los Cerveceros de Milwaukee. Hernández se retiró oficialmente del béisbol profesional en 2014, después de no jugar en las ligas mayores durante una temporada completa.